Punto de cruz

domingo, 18 de marzo de 2012

Queridas amigas de OFG:

Hace unos días encontré una historia que, por cuestiones de tiempo, no había podido compartir en el blog. Se llama justamente "Punto de cruz" y creo que, al igual que yo, muchas se sentirán muy identificadas con sus palabras. Fue publicada en el libro "Cartas desde el desierto" de Luis Guillermo Pareja Herrera, editado por San Pablo junto con tantas otras que vale la pena leer.
Espero que les guste.

Punto de Cruz

Se llama Luisa Mercedes. Para quienes la amamos es Merceditas. Sus manos son redondas, fuertes, acariciadoras. Sostiene un arillo de bambú chino que le permite bordar, sobre tela de cáñamo, sus puntadas preferidas, las punto de cruz. Estas puntadas parecen fáciles, pero se revela su grado de complejidad cuando se observa el reverso de la tela.

El punto de cruz es bajar del cielo el arco iris y bordarlo en una tela llena de alegría y luz. El punto de cruz nació para celebrar la parte luminosa de la vida. Por eso, Merceditas pasa horas largas, serenas, trayendo a la vida, imágenes maravillosas, como son Rojín y Verdín, dos pajaritos que habitan en el recuerdo de sus hijos y de sus nietos, o una familia de patitos que van tomados de la mano a un estanque en un día de verano, o unas grecas celestes o rosas que anuncian la venida de un nuevo niño o niña. Tampoco faltan las mágicas hojas-flor de Noche Buena que anuncian la Navidad. Ante mis ojos han desfilado a lo largo de los años de mi vida toallas, servilletas, manteles y cubrecamas siempre con su toque de magia y alegría brotadas de las manos que dejan fluir el punto de cruz.

Así lo recordaré siempre y, mientras ella borda y borda, yo me encuentro a muchas horas de distancia. En este desierto nuestro, yo bordo también. Bordo el tapiz de mi vida con las puntadas de cada palabra. 



Luis Guillermo Pareja Herrera